Pesadillas

Buffy, cazavampiros
Temporada 1, Episodio 10
Título original	Nightmares
Fecha de Emisión	12 de Mayo de 1997
Escrito por	Joss Whedon David Greenwalt
Dirigido por	Bruce Seth Green
Guía de episodios
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Pesadillas es el décimo capítulo de la Primera Temporada de Buffy, cazavampiros.

Sinopsis

Buffy tiene una pesadilla en la que entra en la cripta del Maestro, pero es incapaz de enfrentarse a él. Su madre la despierta y le recuerda que ese fin de semana lo pasará con su padre, algo que Buffy está deseando. Ese día, en clase, Xander se mete con Cordelia por pensar que el mundo gira siempre a su alrededor y por haberse metido con Wendell por quitarle luz. Empieza la clase y Buffy ve a un niño en la puerta. Es demasiado pequeño para ir al instituto, así que se extraña. De repente, Wendel grita porque un montón de tarántulas salen de su libro y suben por su cuerpo. Todos gritan. El niño solo dice: “Lo siento mucho” y se va.

En su guarida, el Maestro le explica a Collin, el Ungido, que el miedo es una fuerza muy poderosa en el mundo, es el mayor de los sentimientos, más que el amor. Si controlas el miedo, éste no puede dominarte. Para demostrárselo, toca una cruz y apenas le duele. El Maestro nota una nueva poderosa fuerza psíquica en el exterior y le dice que se aproximan cambios en Sunnydale.

Al día siguiente, la madre de Buffy la lleva a clase. Ha dormido mal y ha olvidado coger su bolsa para el fin de semana. Su madre la tranquiliza diciéndole que puede pasar por casa a recogerla antes de irse. Le pregunta si acaso tiene miedo de que su padre no aparezca y le dice que no tiene de que preocuparse, que su padre la adora (pero remarcando que menos que ella).

Willow quiere saber si Buffy le preguntó a Giles por lo de las arañas. No le gustan nada. A Xander no le preocupa ya cree que son cosas de vivir sobre la Boca del Infierno. Si hay algo malo, sólo tienen que encontrarlo, Buffy lo mata ¡y listo! Buffy le agradece la confianza. Giles aparece con expresión preocupada. Les dice que se "ha perdido" en la Biblioteca y les sugiere que hablen con Wendell (podemos asumir que le ha ocurrido algo que teme). Wendell está muy afectado por lo sucedido. Le preguntan si le había pasado antes y el chico les responde que ha ocurrido cientos de veces. Willow cree que entonces debe de odiarlas más que ella. Pero no es así, le encantan, son ellas las que lo odian. Cordelia interrumpe para recordar a Buffy que tiene un examen de Historia. Buffy sale corriendo, no se acordaba que tenía examen. Wendell explica a Willow y Xander que tenia una estupenda colección de tarántulas en su anterior casa, pero una vez que se fue de campamento, su hermano no fue capaz de cuidarlas y cuando volvió todas estaban muertas. Les dice que entonces comenzó a tener las pesadillas, siempre la misma, en la que las tarántulas le atacan, al igual que ayer. Por eso mismo creyó que se había quedado dormido hasta que todos empezaron a gritar.

Mientras tanto, en clase de Historia, Buffy no puede hacer el examen. No ha ido a clase, tampoco ha tocado los libros, así que piensa que no puede aprobar. Cordelia la anima diciendo que es cuestión de suerte. Empieza el examen. Buffy sólo ve que los demás avanzan y ella sólo sabe su nombre. Son las 11:20. Cuando va a escribir se le rompe la punta del lápiz. Lo afila de nuevo. Son las 12:10. El tiempo pasa muy rápido, y antes de que se de cuenta suena el timbre, el examen ha finalizado y Buffy ni siquiera ha escrito su nombre. Todos dejan los examenes y Buffy vuelve a ver al niño en la puerta, mirando. El niño ve a una chica llamada Laura que baja al sótano a fumarse un cigarrillo, y dice “No deberías entrar ahí”. En el sótano un monstruo con la cara deforme la ataca. Buffy y Giles visitan a la chica en el hospital. Le piden que les cuente qué pasó. Laura sólo recuerda que quien la atacó dijo “diecinueve de la suerte”. El médico les dice que ha tenido suerte: la primera víctima sigue en coma. El mismo atacante le dio una paliza (aunque en ese momento no se dan cuenta, el niño que está en coma es el mismo que Buffy vio en el instituto antes de los ataques).

Entretando en el instituto, un camorrista recibe la visita de su madre que le besuquea delante de sus amigos, llamándole “mi niño”. Willow no cree que sea una coincidencia que Wendell soñara lo que le pasó, mientras que Xander sí que lo piensa. Los dos entran en clase y todos se ríen. Willow se da la vuelta y descubre que Xander esta en calzoncillos, incapaz de creer que no esté soñando. Se pellizca pero no despierta, así que sale de clase corriendo, seguido por Willow. Cuando Buffy entra en la biblioteca para consultar sus dudas a Giles, éste no entiende qué le pasa, ya que sabe cinco idiomas pero ahora es incapaz de leer nada. Buffy reconoce la foto de uno de los periódicos que miraba Giles: es el niño que se pasea por el instituto y, según el periódico, Billy es la primera victima de los ataques, el que el medico les dijo que seguía en coma. Giles sugiere que quizás sea su proyección astral la que ronde por el instituto.

En ese momento llega el padre de Buffy, antes de tiempo porque necesita hablar con ella, así que después de presentarle a Giles, salen del edificio. Allí Hank se sincera y le cuenta que el divorcio entre él y su madre fue por culpa de ella. Les pone en ridículo con sus locuras, se mete en líos, es grosera, antipática y ni la mitad de lista de lo que creían, y le dice que ni siquiera quiere seguir pasando los fines de semana con ella porque está aburrido de ella. Después de esto Hank se marcha, dejando a Buffy destrozada. Entonces Buffy vuelve a ver a Billy.

Xander entra en la biblioteca con Will. Lleva otra ropa y Giles lo nota. No quiere hablar del tema, pero Willow le explica que su ropa desapareció y se encontró desnudo frente a toda la clase, como en un sueño. Xander la corrige: no era un sueño, sino una pesadilla. Eso le recuerda a Will su teoría de que los sueños se están haciendo realidad. Giles apoya esa teoría, pero no son los sueños, sino las pesadillas, y el causante de todo tiene que ser Billy, que ha traído el mundo de las pesadilla, en el que está atrapado, a la realidad. Si no lo detienen, todos los habitantes de Sunnydale deberán enfrentarse a sus peores pesadillas.

Buffy sigue a la proyección astral de Billy hasta el gimnasio. Habla con él para averiguar lo que le pasó, pero no parece recordarlo. Sin embargo se asusta cuando Buffy le llama “diecinueve de la suerte”, así le llamaba “el hombre feo” que lo quiere matar. Buffy le asegura que no tiene nada que temer, pero de repente les ataca “el hombre feo”, que tiene un garrote por brazo derecho con el que golpea a Buffy. Ella tiene dificultades para luchar contra él y huye con Billy. Buffy encierra al “hombre feo” en el gimnasio y se lleva a Billy, que sólo quiere esconderse.

Los chicos están preocupados por Buffy, así que se separan para encontrarla y decirle lo que está pasando antes de que sea tarde. Con las cosas que suele soñar, Buffy está en verdadero y grave peligro. Willow no está muy convencida de que separarse sea una buena idea porque puede que sea más rápido, pero no más seguro. Willow ve a Cordelia, quien antes había descubierto que su pelo era un desastre, vestida como una empollona y llevada a la fuerza por los demás empollones al Club de Ajedrez mientras grita aterrorizada. Oye entonces a Buffy que la llama desde el sótano y baja. Se hace la fuerte diciendo que no tiene miedo cuando, de repente, un brazo la agarra. Willow, vestida de geisha, es conducida al escenario para su gran actuación con Aldo Gianfranco. Es la mejor soprano del mundo (o eso dice el presentador). Pero en el escenario no sabe la letra, ni cantar y es un autentico desastre.

Xander, mientras tanto, está en una zona en obras del instituto. Encuentra una chocolatina en el suelo y luego ve que hay más. Sin duda es su día de suerte. Xander sigue encontrando chocolatinas y comiéndoselas. Entonces le toca el premio gordo, encuentra una chocolatina “Huracán”; no había comido una desde que cumplió los seis años. Xander escucha unas risas que se acercan. Es un payaso que le ataca armado con un gran cuchillo así que echa a correr.

Buffy, por otro lado, no entiende qué pasa. La puerta que debería llevarlos a la biblioteca los ha llevado de nuevo al patio. Allí Billy ve a dos chicos jugando al béisbol. Le dice a Buffy que el último partido lo perdieron por su culpa porque tropezó y se le escapó la pelota. Buffy le quita importancia: había ocho jugadores más, no puede ser el único responsable. Billy le dice que “él” dijo que sí era su culpa, pero no dice quién es “él”. En ese momento ven al “hombre feo” yendo hacia ellos y Buffy decide evitarlo cruzando un seto. Sin embargo, aparecen en plena noche en un cementerio. Billy encuentra una tumba abierta, parece que van a enterrar a alguien. Entonces el Maestro se presenta ante ellos. Buffy no puede creer que sea real, no puede estar ahí. Pero el vampiro le dice que puede estar ahí porque ella lo teme, y las pesadillas se están haciendo realidad gracias a Billy. Entonces le pregunta qué teme y la empuja dentro del ataúd abierto, que se cierra sobre ella.

Willow y Xander se encuentran huyendo de sus respectivas pesadillas. Xander le pregunta si recuerda su sexto cumpleaños. Willow no puede evitar reírse cuando recuerda que los payasos le persiguieron y él... De repente, Will cae en la cuenta justo cuando aparece el payaso psicópata. Corren y encuentran a Giles también, que huye con ellos, hasta que Xander se cansa y decide enfrentar sus temores. Se da media vuelta, le pega un puñetazo que lo deja fuera de combate y le grita que como payaso es muy malo y que no tiene gracia. Después se reúne con Giles y Willow, sintiéndose liberado. Por desgracia es el único y la realidad será absorbida por el mundo de las pesadillas si no consiguen despertar a Billy. Los chicos no quieren ir al hospital hasta que no encuentren a Buffy. Entonces ven el cementerio que ha aparecido frente al instituto, y que allí es de noche. Allí encuentran la pesadilla de Giles: la tumba de Buffy; Giles ha fracasado en su deber de proteger a Buffy. En ese momento, Buffy sale de la tumba. Se sacude la tierra y está contenta de verler porque creía que estaba muerta. Giles y los chicos se quedan sin palabras. Finalmente Willow la dice que algo le pasa en la cara. Buffy se la toca y se da cuenta que es una vampiro. Se asusta y no quiere que la vean así. Sin embargo, Giles trata de tranquilizarla diciéndole que si aguanta un poco y despiertan a Billy, todo volverá a la normalidad. Buffy está de acuerdo, pero deberán darse prisa antes de que tenga hambre.

La Pandilla Scooby va al hopital y ven que es un caos. Junto al cuerpo físico de Billy, que está en la cama, encuentran su cuerpo astral también, pero no quiere despertar, sólo esconderse. Buffy ve entonces que se acerca el “hombre feo” y decide hacer lo que mejor se le da, machacarle. No le tiene miedo. Buffy consigue romperle el brazo-mazo y cae inconsciente. Buffy entonces obliga a Billy a terminar, para así no tener que esconderse más. Billy le quita la cara como si fuese una mascara.

Todo vuelve a la normalidad y Billy se ha despertado. Recuerda haber soñado con todos ellos. En ese momento, llega el entrenador de béisbol de Billy y les explica que va a verle todos los días con la esperanza de que se recupere, ya que es su "diecinueve de la suerte". El entrenador se queda sorprendido al ver a Billy despierto. Buffy se enfrenta a él por golpear al niño. Cuando trata de escapar Xander y Giles lo detienen.

En el instituto los chicos se alegran de que el entrenador de Billy vaya a la cárcel por todo lo que le hizo. A la salida, el padre de Buffy la recoge para que pasen juntos el fin de semana. La echaba de menos. Willow tiene una duda y le pregunta a Xander si, cuando Buffy se volvió vampiro, aún seguía gustándole. Él se muestra ofendido al principio, pero acaba reconociendo que sí, comentando que necesita ayuda y Willow está de acuerdo.